6/5/10

quise hablarte de amapolas,
de incendios, de la nieve
tendida como una nube sola,
quise hablarte de la sangre

y de los dedos de la luna
deslizándose en tus brazos,
de la lluvia, de la espuma,
de cerezos temblando de rocío.

pero decía fuego y te nombraba.
decía nieve, amapolas, sangre,
y era tu nombre en cada sílaba.

porque al final lo que quería
decirte no era fuego, nieve,
amapolas, sangre, espuma,
lluvia, cerezos, rocío,

sino tú.

eras tú lo que quería decirte.


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