otra vez el minotauro.

me llevó a su casa y me dejó dormir en un diván. desapareció detrás de una de las muchas puertas. no podría recordar cual, tenía tanto sueño. al día siguiente me despertó un murmullo, eran tres o más voces, ninguna era la suya . temiendo que me tomen por un intruso, me escondí esperando que ella venga y me presente, pero no vino.


(ahora dudo si en verdad fue al día siguiente, tal vez pasó más, mucho más tiempo. por otra parte, tampoco la vi salir, quizá permanecía en el cuarto, como yo, escondida -quizá las voces eran de ladrones, o quizá la casa no era suya. e llegado a pensar que ella no existía, sé que eso ya es mucho, pero a veces creo que tampoco existo yo)


cuando las voces se apagaron comencé a buscar una salida. la habitación estaba llena de puertas y cada una da a otra habitación idéntica donde también las puertas que dan a otras habitaciones idénticas, y así hasta la locura.
  

sólo una vez encontré a otra persona: un niño, estaba desnudo y golpeado, era terriblemente deforme. al verme se puso a gritar, no quería que me encuentren así, desconcertado ante un niño gritando, creerían que entré para hacerle daño, o quién sabe... le tapé la boca, pero muy fuerte, o por mucho tiempo. lo dejé sobre alguno de los infinitos divanes, el hedor tomará la casa en cualquier momento, a veces lo siento ya en la punta de la nariz, acechando.


luego de eso ya no importa si salgo o me quedo, me cazaran por esa muerte. nadie entenderá que no tuve la culpa. quizá ya me están buscando. quizá todo el tiempo estuvieron observándome. quizá me trajeron aquí para que mate a ese niño y el único que lo ignoraba era yo.

o tal vez lo sabía.