22/4/09

piano

Pasaba todos los días frente a la casa de la mujer que tocaba el piano para mí. Nunca la vi, ni sabía quien era.

Un día toque el timbre y corrí al escuchar los gruñidos de la cerradura. 

Simplemente pasaba todos los días para escucharla tocar el piano para mí. 

Un día, un camión de mudanzas y ella no estaba en ninguna parte. Todavía paso para escucharla y sólo se escucha la radio, tal ves la tele. 

Y gritos. Gritos de niños de hombres y mujeres. 

Yo me siento en la vereda y espero. A veces todavía toca el piano para mí. Un poco más bajo, para que no la escuchen esos ogros que ahora viven con ella, pero nunca me olvida. 

Y yo me duermo en la vereda. Y bebo sus notas cada vez más lejos. 

Y me gritan los de la casa. Y los niños me tiran piedras. Y te golpean. Yo sé que te golpean 

Entonces entré a la casa. Me cargué a todos los carceleros. Puse mis manos sobre el piano y sentí tus huesos, cada una de tus costillas sollozaba dulce en el teclado. Tu voz venía de tan lejos… y yo quería desgarrarte. Golpee las teclas, las cuerdas comenzaron a soltarse, con un martillo despedacé el piano, y entre las astillas estabas vos, pequeña, tan pequeña. Como un feto. Llorando…

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