acostados.
ella lloraba, yo miraba la pared y una lágrima se metió en mi oído.
se me antojó descortés levantarme para sacarla.
ella me miró a los ojos y comenzó a hablar.
veía sus labios moverse, pero con una oreja metida en la almohada y la lágrima metida en la otra, apenas escuchaba una especie de murmullo.
cuando terminó bajó los ojos esperando una respuesta.
le besé la frente y salí.
no volvimos a vernos.
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