Y un día lo vio con un libro.
- sabes leer?
Asintió. Ella le ofreció cigarrillos a cambio de que escriba una carta. Aceptó.
Ella dictó:
Pienso en las palabras como pequeños huevos. En ellas te envío flores, pájaros, fuentes. Todo es un jardín donde deambulas hermoso y pálido, triste como la despedida.
Siguió durante unos quince cigarrillos. Luego el bombardeo. Las paredes se desplomaron. La guerra acabó ese día.
Más tarde, sacando escombros, un obrero encontró su cadáver abrazado a los papeles. Curioso, los tomó. Sólo vio un montón de garabatos, palitos, alguna protoforma de letra o número. Los tiró a un costado y siguió trabajando. Silbaba una vieja canción.
si lo hacemos, tonto mío, hagámoslo como es debido...
ResponderEliminary cómo es eso?
ResponderEliminarjustamente así no.
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