SE ME ESCAPA
otra vez
de las manos este junio
con su perfil
delgado
de otoño calvo,
sin dejarme otra cosa
que su pulso de sombra
y esta huella sin ruta
de arcángel expatriado.
Es cierto que no extraño
su muda sien
de invierno,
pero siento que llueve
su tiempo sobre el mío.
su muda sien
de invierno,
pero siento que llueve
su tiempo sobre el mío.
SOBRE LA MISMA
lengua
envainada de lo incomunicable,
y sobre la intacta
oscuridad
de su palabra,
la vida se desdobla
para alcanzar
su nombre
y se desata el alma
acurrucada
en el cuerpo.
lengua
envainada de lo incomunicable,
y sobre la intacta
oscuridad
de su palabra,
la vida se desdobla
para alcanzar
su nombre
y se desata el alma
acurrucada
en el cuerpo.
Y entonces la primavera
ya no resulta
lo que la piel
repica,
ni la lluvia
se asoma
como un perfil
de gotas.
ya no resulta
lo que la piel
repica,
ni la lluvia
se asoma
como un perfil
de gotas.
Se inauguran
pisadas
sobre un tiempo
sin horas,
y se buscan las huellas
de los vientos clausurados,
pero la sombra queda
detenida
en su imagen
y el hombre está despierto
con lo ojos cerrados.
pisadas
sobre un tiempo
sin horas,
y se buscan las huellas
de los vientos clausurados,
pero la sombra queda
detenida
en su imagen
y el hombre está despierto
con lo ojos cerrados.
¿SE PODRÍAN
sumar
tantos vacíos:
los del cuerpo que no ha sido;
los de nuevas
y viejas
miradas no nacidas;
los que pueblan
alegóricas ciudades
del alma en retirada;
los de anchos cementerios
que se acumulan
en la propia ceniza;
los etéreos
que estrangulan
el matemático
caminar de los astros;
los que dominan
en la desarticulada
soledad
de los dementes
y en los depósitos
inéditos
de la incomunicable
sensibilidad
de la piedra?
COMO EL TRONCO VACÍO...
sin miradas
ni alas
que se busca
en el tierra
que amasó sus raíces,
yo me busco
en las noches
de mi pulso moreno,
sin pisadas
mi sangre,
sin costuras
mis venas.
Porque el alma
se acaba
como se acaba el cuerpo,
que devuelve sus músculos
a la piedra
o al viento,
y entonces queda el hombre
sin saber que ha sido;
si mitad de un arcángel
o empás de latidos.
se acaba
como se acaba el cuerpo,
que devuelve sus músculos
a la piedra
o al viento,
y entonces queda el hombre
sin saber que ha sido;
si mitad de un arcángel
o empás de latidos.
ME IRÉ EN OTOÑO
con el tiempo
atado
a la cintura,
por el postigo
abierto
de la sangre.
Un día
vertical
y sin espuelas
en que ya no me calce
ni hasta mi propia sombra.
vertical
y sin espuelas
en que ya no me calce
ni hasta mi propia sombra.
Entonces el sol
caminará otra vez
bajo su nombre,
y tanto polvo
volverá de nuevo
a ser camino.
caminará otra vez
bajo su nombre,
y tanto polvo
volverá de nuevo
a ser camino.
DESOLACIÓN
SE DESHACEN SOBRE EL YERMO
pulsos abandonados
y se retuercen
latidos en el cepo de los montes.
Hay gargantas
llaveadas
y raíces sin aliento.
llaveadas
y raíces sin aliento.
El viento perdió
la lengua
y le cortaron al tiempo
las piernas.
la lengua
y le cortaron al tiempo
las piernas.
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