30/11/09

tres poetas sirio-americanos

Ilia Abu Madi. (1889 - 1957)


No sé


He llegado, no sé de dónde, mas he llegado. He visto ante mí una senda, y he caminado. Seguiré caminando, quiera o no quiera. ¿Cómo he llegado, cómo he visto mi senda?... No sé. ¿Soy yo nuevo o antiguo en este mundo del ser? ¿Estoy libre y suelto o prisionero en cepos? ¿Me guío yo mismo en la vida, o me guían? Bien querría saber, mas no sé.

Más allá de la tumba, después de la muerte ¿Hay resurrección o renacimiento? ¿Vida, y supervivencia eterna, o aniquilamiento y destrucción? ¿Es verdad o mentira eso de lo que hablan los hombres? ¿Es cierto que alguno entre los hombres sabe? No sé.

No me ilusiones amigo, de que puedan rasgarse los velos. Mi mente no se cuida de las cortezas exteriores. Aunque estuviera en condición de comprender, no conocería mi destino. ¿cómo podría saber después de haber perdido el buen camino? No sé.

¿Dónde está mi risa y mi llanto de cuando era niño? ¿mi ignorancia y alegría de cuando era tierno adolescente ignaro? ¿Dónde mis sueños, que me acompañaban por doquier? Todos se han desvanecido, mas ¿cómo se han desvanecido? No sé.

Tengo una fe, mas no como mi antigua fe. Lloro, mas no como lloraba otrora; río a veces, mas ¿con qué risa? ¡Ojalá supiera lo que ha cambiado mi estado! No sé.

Cada día un nuevo estado de ánimo, un nuevo sentir. ¿soy yo ahora el de días y meses atrás? ¿o al caer del sol soy distinto del de mañana? Siempre que interrogo a mi alma, ésta responde: no sé.

He visto olvidar la belleza como se olvidan los vicios; he visto también el surgir del sol como el ocaso. He visto el mal ir y venir al igual que el bien.

¿Por qué considero como intruso al mal? No sé.

Cada vez que he tenido la certeza de haber removido un velo, de haber alcanzado un secreto, mi secreto, mi alma se ha reído de mí. He hallado la desesperación y la incertidumbre, mas no me he hallado a mi mismo. ¿La ignorancia es gozo o infierno? No sé.

He llegado, y me voy, sin saber. Soy un enigma, y mi partida, cual mi llegada, es un misterio. Y quien ha creado este enigma es él mismo un enigma oscuro. No disputes: el sabio es quien dice: “No sé”.


Míjail Nuaima. (1889-1988)


Hermano


Hermano, si después de la guerra un hombre de Occidente eleva al cielo sus hazañas, y santifica el recuerdo de aquellos que murieron, y exalta el ímpetu de sus bravos, tu no celebres a los vencedores, no te mofes, maligno, de los vencidos, mas inclínate en silencio conmigo, con humilde corazón sangrante, a llorar la suerte de nuestros muertos.

Hermano, si después e la guerra un soldado regresa a su pueblo, y arroja su cuerpo agotado entre los brazos de los suyos, tú no busques a los tuyos la volver a la patria, pues el hambre no nos ha dejado otros compañeros a quienes confiarnos, fuera de la sombra de nuestros muertos.

Hermano, si el campesino vuelve a arar y sembrar su tierra, si tras largo abandono reconstruye la choza que el cañón abatió, nuestros ríos están secos, derrumbados en la desolación nuestros refugios, y ninguna otra planta nos han dejado los enemigos, fuera de los cuerpos de nuestros muertos.

Hermano, se ha cumplido lo que sin nuestra voluntad no se habría cumplido. A todos abrazó la desventura que si hubiéramos querido no nos habría abrazado a todos. No gimas, el oído de los demás no escucha nuestro lamento. Mas sígueme a cavar una fosa, con el pico y la azada, para ocultar en ella a nuestros muertos.

Hermano, ¿Quiénes somos nosotros? No tenemos familia, ni patria ni vecino. Dormidos o despiertos, la vergüenza y el deshonor nos envuelven. Hiede de nosotros el mundo, como hiede de nuestros muertos. Dame la azada y sígueme a cavar otra fosa, para ocultar en ella a nuestros vivos.


Gibran Khalil Gibran. (1883 -1931)


La tierra.


Nace la tierra de la tierra, con pena y esfuerzo.
Luego avanza la tierra sobre la tierra, orgullosa y soberbia.
Y hace surgir la tierra de la tierra palacios y torres y templos; y crea la tierra en la tierra mitos y doctrinas y leyes sagradas. Después, cansada de las obras de la tierra, teje con los a los de la tierra fantasmas y fantasías y sueños.
Grita al fin la tierra a tierra: “Yo soy la matriz y la tumba, y seré matriz y tumba hasta que se desvanezcan las estrellas y se convierta en ceniza el sol”.

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