Lo que creíste de niño es mentira -eso lo sabes-, y también sabes
que es mentira lo que creíste de joven; yo, por mi parte, sé que lo que cree un
hombre es tampoco es la verdad, y en el momento de mi muerte -estoy seguro- sabré que toda
mi sabiduría de anciano es falsa, ¿o sientes que los cuentos de hadas, las utopías políticas y la realización personal difieren fundamentalmente de algún modo? Cada
mentira mira con cinismo la grandeza de la mentira a la que renunció para nacer,
eso es todo; y si despertamos a una realidad real después de la muerte, vendrán apenas unos años de sosiego
antes de percatarnos de las fisuras tras las que se vislumbra otra realidad.
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