la cerilla sacude su cabellera
la vela arde.
las sombras
desnudan su cuerpo
sin nubes
de cara a la pared
sus manos prenden las flores del azulejo
a punto de arrancarlas
El deseo atropellado
por los potros del sueño
Ansias de morder
el cielo de hinojos
látigo de seda
todo lo he quemado
para comer sus cenizas
No hay comentarios:
Publicar un comentario