I
analía era una niña rara, veía la
hora en los ojos de los gatos.
creía que la brisa del verano la
hacían sus suspiros.
un día estornudó y miró angustiada
los periódicos pensando que causó un tornado.
cuando dibujaba flores pensaba en el
perfume que tendrían.
por la noche hacía sombras chinas de
animales imaginarios.
II
analía era una niña rara. pestañeaba
como la garúa en los charcos y si lloraba zozobraban todos los
barquitos de papel del mundo.
si la llevaban a misa, en la bolsa de
las ofrendas dejaba curitas para la figura de cristo en la cruz.
ella unía los puntos, las comas y los
acentos en los libros. buscaba el sentido del texto en los dibujos
que formaba.
cuando supo que el café era una
semilla, comenzó a guardar la borra para enterrarla en el patio.
III
los animales le resultaban más claros
que las personas; las plantas, más sabias.
un día la encontré llorando, me dijo
que al árbol le dolían sus flores.
nunca creyó que un largo discurso sea
más eficaz que una correcta onomatopeya.
analía era una niña rara. se hacía
una cola de caballo y corría latitudes indomables.
IV
ella hacía grandes globos con goma de
mascar los días de viento para ir volando a la escuela.
cuando escuchaba su corazón, su pulso,
su panza, imaginaba a los habitantes de su cuerpo. ¿qué hacían
para que suene así?
me miraba con sus ojitos grandes y yo
pensaba "si los abre más nos inundaremos".
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