Sueño
que acaba de terminar la representación de algo que dirigí. Se acerca un tipo a
entrevistarme. “¿De qué querés que te hable?” le digo, y el hace gestos de “no
importa, cualquier cosa”. “Te digo cómo preparar langostinos sin gastar mucho
dinero entonces”, digo yo, y saco unos cuantos de una suerte de gigantesco horno
a vapor.
Despierto y vuelvo a dormir al instante. Entretanto, el tipo se comió todos los langostinos.
Lilian le dice al Bato, “basta, vamos a tu sueño, este tipo se morfó todo lo
que había acá”, y sale de mi sueño como de una pantalla de cine, llevándose a Rafa, que contesta “pero si yo terminé de comer”; “no me importa –dice ella- sólo
quiero un café de máquina, sería una vergüenza que no haya café de máquina en
tu sueño”, y entran a una pantalla de cine contigua.
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