Ellos llegan, dicen que el mundo es su
creación y ahora vienen a habitarlo. Se desata la guerra. Luego de
un par de derrotas, los terrícolas huimos y bombardeamos las
ciudades abandonadas hasta exterminarlos. Yo he traído conmigo a uno de ellos -uno que tomamos prisionero cuando luchábamos. Ahora es el único
sobreviviente de su raza.
Arribamos a un nuevo continente y
salimos a explorarlo. Llegando a cierto punto y todo se ve difuso,
como un recuerdo borroso. De vuelta al campamento, miro al
prisionero extraterrestre y entiendo que en verdad ellos crearon este
mundo, lo crearon con el pensamiento. Ahora que sólo vive uno, apenas queda lo que él es capaz de pensar. Mientras
sus heridas lo consumen, los límites de la Tierra ceden a la nada.
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