23/2/13

Dos sueños de febrero

El monasterio

El monasterio se dedica a la transcripción y conservación de códices y pergaminos. Su biblioteca es famosa por sus tomos de saber antiguo. 

Corre el rumor de que los monjes permiten la entrada a herejes y paganos y la iglesia de Roma envía una comitiva para sopesar la posibilidad de cerrar el recinto.

En el interrogatorio, los hombres del monasterio no niegan que la entrada está abierta a quien desee unirse a la congregación, “permitir que se acerquen a dios quienes no lo conocen es parte de nuestra misión”, dicen, y aseguran que sólo los hermanos que llevan más años enclaustrados tienen acceso a la biblioteca. Los investigadores del Vaticano descubren sin embargo que algunos hombres han participado de la vida del monasterio sólo para acceder a los libros, y que una vez logrado su objetivo se han arrojado al río, ofrendando su vida a sus viejos dioses por que les perdonen el pecado de la vida cristiana a la que se entregaron para contemplar alguna vez los manuscritos. 


Rehenes

Un hombre ha tomado rehenes, la policía y la prensa rodean el edificio. Los negociadores, un hombre y una mujer, se intercambian a sí mismos por los secuestrados. El hombre entonces muestra un detonador y amenaza con hacer explotar una bomba en el importante edificio de negocios que está enfrente. No quiere dinero, dice, sólo quiere descuartizar a una persona mientras todos miran sin que nadie haga nada para salvarla. Va hacia la mujer con su cuchillo, pero el otro negociador se arroja sobre él y comienza a destriparlo con sus propias manos sin darle tiempo de volar el edificio.

Al día siguiente, el negociador recibe un sobre por correo, adentro hay trozos de intestinos

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